¡Enamórate de Regina! Un paseo por este antiguo barrio del DF
Seguramente, en la que es hoy una calle peatonal nacieron pasiones amorosas con la señal de un pañuelo que caía aparentemente por el descuido, dejando en el pretendiente la esperanza de un beso. Aquí es donde aparecen los primeros mesones y las fondas donde se recrearon las recetas de ese largo relicario gastronómico que en ocasiones extrañamos, pensando en suculentos pucheros, guisos exuberantes y postres jamás imaginados. Pero bueno, hoy las viejas construcciones y templos están ahí como testigos mudos de grandes y pequeños acontecimientos: la llegada del nuevo virrey; la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México; el arribo de paños y joyas que traía la Nao de China; el porfiriato y sus días de esplendor; el ruido de los flamantes tranvías; la entrada de los zapatistas; los días aciagos de la llamada Decena Trágica y la llegada definitiva de la modernidad que entre otras cosas, cambió el rostro nocturno al hacer acto de presencia: la señora luz eléctrica”.
Luego de casi un año de trabajos para convertirla en zona peatonal, la calle Regina luce totalmente diferente, ya que antes era casi un estacionamiento. Tras una larga cirugía y una inversión de varios millones, hoy resplandece como un corredor cultural que conecta la calle 20 de Noviembre con Bolívar. ¿Qué significa esto además de remozamiento de fachadas, reforestación y una fisonomía completamente distinta? Representa nada menos que una luz brillante y esperanzadora para los vecinos que veían hundirse en el abandono sus tiendas, recauderías, fondas, calles y vecindades, donde habían hecho su vida generación tras generación. Así, en este sui generis corredor tiene cabida tanto una modesta juguería como una mezcalería o un vanguardista restaurante.
Ahora, donde sólo había caos vial, se pasean plácidamente los vecinos con sus perros, a la vez que conviven con artistas plásticos que poco a poco hacen suya esta calle para expresarse. Por las tardes comienzan a llegar los jóvenes y todos parecieran que toman su lugar preferido como si fuera parte de un ritual, unos buscan dónde tomar una copa, otros se agrupan para escuchar música, otros tantos participan interviniendo algún mural efímero con el apoyo de la Hostería La Bota para darle color y creatividad al entorno urbano.
Por su parte, el Espacio Cultural Casa Vecina y el Studio 51 Showroom son organismos culturales en donde convergen manifestaciones artísticas y funcionan además como galerías de arte e instalación, y es posible convertir un contenedor en una obra de arte.
Para no perder la memoria, estará el Museo de las Libertades Democráticas y los Derechos Humanos, en el Núm. 66, en lo que fue la antigua estación de bomberos (1923); y también se instalará el archivo del Ateneo Español de México, hoy Colegio de México, que contará con espacios de tipo cultural y gastronómico, incluido un proyecto de restaurantes-escuela de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Por cierto, esta renombrada universidad aporta con sus estudiantes y actividades culturales gran vida a Regina, compartiendo el día a día con absoluto respeto a sus moradores y visitantes.
Este sí es un paseo diferente. Cualquier día de la semana tiene su encanto, pues depende de la propia vida del barrio. Lo que pasa ahí cada día es una toma distinta, con un significado propio y auténtico, como su nueva fisonomía. Caminar y caminar por el Centro Histórico, como ven, sigue siendo una de las actividades más divertidas en la enorme ciudad de México. Fue un día placentero que tuvo como remate la inmensa luna llena iluminándolo todo, y los cantos gregorianos que traspasaban los gruesos muros del Templo de Regina Coelli.