Tips para conducir en terrenos difíciles.
Manejar en offroad, o fuera del camino, es una de las experiencias más emocionantes del automovilismo. La sensación de poder sortear cualquier obstáculo, piedra, cuerpo de agua o impedimento que se presente en la ruta es algo indescriptible cuando se está tras el volante.
Este tipo de conducción es practicado frecuentemente por campistas y amantes de la naturaleza, y para tal hazaña se requiere de camionetas especialmente pensadas y diseñadas con esas capacidades de movilidad. Pero aún con toda la tecnología del mundo, se requiere de mucha habilidad y buen juicio para no convertir una salida de fin de semana en una mala experiencia. Por este motivo Carmudi, el portal automotriz líder en México, te da algunos tips para conducir en terrenos complicados.
Conducción en lodo
El terreno lodoso es uno de los más traicioneros de todos, pues a lo largo del camino enlodado existen una gran variedad de densidades y de profundidades del lodo. Todas las variedades de lodo cambian el terreno de tierra sólido a una pista sumamente resbalosa y bastante compleja; si en tu camino encuentras un tramo de lodo, detente y baja de tu automóvil un momento para inspeccionar el terreno y determinar si tu vehículo puede atravesarlo o no. Inspeccionar el camino toma unos minutos y te puede salvar de pasar horas atrapado en un lodazal sin salida.
Si determinas que es posible cruzar, primero que nada cierra los vidrios del vehículo, esto evitará que el lodo entre volando y cree una distracción (además de un inmenso desastre en el habitáculo). Al momento de avanzar trata de hacerlo de una manera tranquila pero constante pues lo primordial es mantener los giros de la rueda al mínimo necesario; evita cambiar de marcha, ya sea hacia arriba o hacia abajo, pues esto alteraría las revoluciones del motor y perderías el “momentum” del vehículo.
Tu auto siempre buscará por sí mismo el camino más estable, así que trata de no pelear con él; relaja los dedos y mantén el control con las palmas sin apretar demasiado el volante. Virar demasiado o acelerar de más pueden causar que te quedes varado en el lodo.
Conducción en colinas
Este terreno generalmente resulta traicionero, pues el principal riesgo es el de volcar el vehículo al momento de tratar de subir o bajar la pendiente. Para evitar riesgos lo mejor es atacar de frente y no de forma diagonal, y siempre hacerlo con una marcha baja para poder dar la suficiente potencia al motor y el máximo de torque posible.
Para bajar, lo mejor es acercarse a la orilla en primera marcha y usar el freno de forma suave para evitar riesgos; si por alguna razón el vehículo patina, lo mejor es acelerar ligeramente para recobrar la tracción y el control del vehículo.
Conducir en pasto
Aunque no lo paresca, el pasto es un terreno muy traicionero, pues puede esconder sorpresas sumamente indeseables. El pasto alto es particularmente peligroso, pues limita el contacto visual del conductor y el camino, pudiendo esconder piedras y hoyos que atenten contra la integridad del vehículo. Aunado a esto, el pasto mojado es muy peligroso, ya sea corto o largo, pues puede ser tan resbaloso como si manejaras en hielo. Lo mejor para este tipo de superficie (sin importar si es pasto alto, seco o mojado), es manejar en segunda o en tercera marcha a una velocidad moderada; de esta forma se puede controlar el máximo de torque del auto y su potencia, además de permitir que el conductor pueda ver obstáculos en el camino y/o minimizar la fuerza del impacto si estos objetos llegan a colisionar con el vehículo.
En el caso del pasto seco, existe cierta “basura” como el polen, tierra, semillas o pedazos del mismo pasto, que son despedidas del terreno directamente hacia la ventilación del motor. Estos materiales pueden llegar a taponear el sistema de aspiración del motor traduciéndose en un ahogamiento del mismo, por lo que si vas a manejar en pasto seco por un buen tiempo, procura revisar y desazolvar el filtro de aire del motor con regularidad durante tu trayecto.