El Delirio de las Flores
Por: Khrist Schecter
Fotografía: Desconocidos Aparte (Facebook)
¿Alguna vez han escuchado la expresión somos nuestras relaciones?
La mayor parte de las personas tienen diversas aspiraciones en la vida. Algunos buscan ser exitosos y respetados, otros poder viajar por el mundo y algunos cuantos ¿Por qué no?, anhelan ver sus sueños, por más locos que estos sean realizados. Sin embargo, existe algo que la mayoría de las personas a lo largo y ancho de nuestro mundo desean con desesperación, poniendo todas sus esperanzas y todo lo que poseen con tal de poder conseguirlo y más aún, conservarlo. Sin importar quien seas, con que sueñes y a donde vayas, siempre existe algo muy en lo profundo de nuestros seres, que tiene la cualidad de poner nuestro mundo a girar. El amor y la posibilidad de encontrarlo o perdernos en el intento.
De la pluma de Hugo Luna, bajo la dirección de Miguel Santa Rita y en montaje alucinante por parte de la compañía de teatro Desconocidos Aparte. El delirio de las flores, es una puesta escénica que aborda la idea del amor y el desamor, con personajes que cuentan su propia historia de vida enfrentándose a sí mismos, mientras se desvirtúan y marchitan progresivamente ante los ojos del espectador.
De la mano de Luisa y Laelia (Lizzy Auna y Monserrat Simó), dos hermanastras alejadas de todo significado ortodoxo de amor fraterno, se involucran en un triangulo amoroso con Michael (alternando papel Hugo Luna y José Pescina), un orquideófilo al que le gustan los vínculos efímeros y carnales, como un colibrí posando de flor en flor, admirando la belleza del instante sin reparar en los estragos que su vanidad lasciva pueda ocasionar. Todo se complica cuando aparece Alonso (Norman Delgadillo), un escritor joven que se apropia de lo que ve tan sólo porque necesita estimulo para crear. Todo se vuelve una bomba de tiempo en la que Luisa, a quien me atrevo a llamar el personaje central de la puesta, va en descenso hacia la locura.
Sin duda, el delirio de las flores se convierte en un retrato de vida, que nos pone a prueba al mostrarnos que tanto no perdemos por existir en la vida del otro y hasta donde somos capaces de llevar nuestras fuerzas en aras de alcanzar lo inalcanzable.
Sin duda esta obra nos dejara con interrogantes oscuras que nos acompañaran al abandonar nuestra butaca. ¿El amor nos hace florecer como personas? O, ¿Por el contrario, nos confiere una imagen reluciente de a quien amamos mientras nos olvidamos de nosotros mismos?
Sin duda una muy buena recomendación para todos los amantes del teatro. No se pierdan de esta buena propuesta en el teatro Teatro Enrique Lizalde (antes Teatro Coyoacán) por corta temporada del 3 al 24 de febrero.