Entrevista: El lado B de la dieta cetogénica con el Dr. Diego Martínez Conde
La dieta cetogénica ha acaparado los reflectores en el mundo de la nutrición y la dietética. El boom que tiene actualmente se debe entre otras cosas a la pérdida de peso y las cuestiones estéticas, además, la carbofobia la ha convertido en una de las dietas más buscadas y prescritas, pero este tipo de dieta no solo tiene implicaciones y resultados en la pérdida de peso sino que coadyuva en el tratamiento de enfermedades relevantes, tales como enfermedades convulsivas, hipertensión, cáncer, Alzheimer, entre otros.
Realizamos una entrevista con el Dr. Diego Martínez Conde, médico cirujano con especialidad en obesidad y comorbilidades que además es experto en el metabolismo cetogénico y su utilización como dietoterapia en patologías clínicas, con el objetivo de descubrir este “lado B” de la dieta cetogénica y todas aquellas implicaciones que no conocías.
Antes que nada, quisiéramos saber ¿Cómo es que nació tu interés por especializarte en esta área y tipo de dieta?
Siempre me interesó mucho el tema de alimentación, desde que estaba en la carrera, posteriormente trabajaba con cirujanos plásticos y ortopedistas y tuve la fortuna de poner un negocio, que fue la primera licencia de crossfit y un gimnasio. Luego hicimos una cadena de franquicias de crossfit y como sabemos, una base muy importante del deporte es la alimentación, en ese entonces comenzamos a trabajar con la dieta de la zona y Barry Sears, su creador, después se utilizó la dieta paleo y a partir de ahí empecé a conocer la cetosis, en un principio todo lo que me llegaba de cetosis eran malas referencias, las cuales prevalecen hasta la fecha, pero gracias a eso me acerqué a observar qué es la dieta y el metabolismo cetogénico, quiénes eran sus exponentes y qué había y cómo fue la génesis de toda esta terapia de metabolismo en cetogénesis. En resumidas cuentas, fue a través del nacimiento del crossfit que me empapé de nutrición y continuó mi interés por seguir ayudando a mis pacientes con nutrición al punto de comenzar a estudiarlo, eran finales del 2016 y empecé a tomar cursos, leer seriamente, escuchar podcasts, informarme y documentarme bien acerca del tema.
Entonces podemos decir que desde el 2016 utilizas este tipo de dietoterapia con pacientes y lograste cierto expertisse en el tema.
Ahí fue cuando comencé a acercarme y a partir del 2018 me dediqué de lleno a instalar esto como terapia, digamos que el tiempo anterior fue para quitar malos pensamientos y prepararme para toda la ola de ataques con poco fundamento o incluso sin fundamento sobre la “maldad” de esta dieta, por ejemplo, que aumenta el colesterol y el riesgo cardiovascular, entre otros. He tenido remisiones de enfermedades crónicas y casos de éxito con pacientes a partir de entonces.
Ahora me gustaría que nos pudieras explicar en palabras simples en ¿Qué consiste el metabolismo cetogénico?
Claro, con gusto. En resumen, digamos que el combustible que normalmente utiliza nuestro cuerpo es la glucosa, en el metabolismo cetogénico se busca que este pueda funcionar con base en cuerpos cetónicos. En realidad, el ser humano está engranado para eso, y de hecho, se nace en cetosis, porque el calostro y la leche materna contienen una concentración mayor de lípidos y proteínas que de hidratos de carbono, al menos el inicio y esto tiene muchas implicaciones en sistema inmune entre otros, es por eso que el ser humano está capacitado para tener este metabolismo. Cuando una persona está en ayuno prolongado, entonces entra en cetosis, incluso se puede tener gran agudeza mental, por eso los grandes pensadores hacían ayunos largos, por ejemplo, Cristo o los budistas. Hoy en día esto se ha retomado con el ayuno intermitente o se ha observado en distintas religiones. Sencillamente, cuando bajas todo tu aporte de carbohidratos comienza a utilizarse el glucógeno que es toda esa reserva de glucosa almacenada en músculo e hígado. Si continuas así, la reserva de glucógeno en el hígado se agota y este empieza a producir a través de tu tejido graso los famosos cuerpos cetónicos. Es importante mencionar que el cerebro puede funcionar tanto con glucosa como con cuerpos cetónicos. Cuando este detecta baja glucosa, el glucógeno se ha agotado y tienes poco aporte de carbohidratos a través de la dieta, ya empieza la formación de cuerpos cetónicos como vía de reserva.
En una dieta cetogénica, ¿Cuántos gramos de carbohidratos se aportan como máximo?
Es bastante variable en cada paciente, depende de su tasa metabólica basal, edad, estatura, masa muscular, cantidad de grasa, entre otros, pero normalmente alrededor de 30 g aunque hay personas que no entran en cetosis hasta debajo de 15, pero en promedio alrededor de 30 a 50 g. El punto es que para lograr la cetosis primero debes agotar tu reserva hepática de glucógeno, si no haces ejercicio y con baja ingesta de carbohidratos toma de 2 a 3 días, si si haces ejercicio de alta intensidad puedes hacerlo en un día, o en esfuerzos de más de dos horas es muy probable que se logre este agotamiento.
¿Cómo identificas si la persona entró en cetosis o falta disminuir más?
Las 3 formas más básicas y sencillas son: la primera, es totalmente clínica con signos y síntomas referidos por el paciente. Normalmente refiere mucho mejor nivel de energía en general y más estable durante todo el día sin picos o cambios bruscos, además no hay sueño o cansancio después de comer, es probable que también se regule el apetito y no se tengan esos cravings por azúcar o cosas dulces. Hay agudeza mental e incrementa la memoria de corto plazo, concentración y en general se expresa de manera neurológica, metabólica y gastrointestinal, por ejemplo, en esta última hay menos inflamación. Mientras que en personas enfermas estos signos y síntomas se relacionan con sus patologías, un ejemplo es cuando dejan de convulsionar.
La segunda forma es con tiras reactivas a la orina para identificar la cantidad de cetonas o un examen general de orina donde se especifica el contenido de cetonas. Y, por último, la capilar que es además también la más confiable y sensible de las tres, es como la medición de la glucosa, con una lanceta te pinchas el dedo y puedes observar si tienes cetonas en sangre.
¿Nos podrías hablar de las aplicaciones de esta dieta en pacientes y distintas patologías?
Por supuesto, primero en personas con enfermedades convulsivas o epilépticas, de hecho, así se creó esta dieta con el fin de dejar de convulsionar. Se hicieron experimentos y logró identificarse que si aumentaban la cantidad de grasas y bajaban los hidratos de carbono pacientes que convulsionaban múltiples veces al día, dejaban de hacerlo. Sin embargo, después la industria farmacéutica provocó que cayera en desuso y se sustituyó por el tratamiento farmacológico.
Después salió la dieta Atkins con un cardiólogo, que es realmente parecida, lo malo es que cuando la dejabas de hacer si tenías algunos efectos, por ejemplo, el famoso rebote, pero esto se debía a que se retomaban los malos hábitos alimenticios de antes de iniciar. La Atkins si permitía fiambres, quesos y embutidos que no son precisamente saludables. En relación con esto, en hipertensión arterial las personas que permanecen en cetosis el 80% de sus días de la semana, pueden mantener el control de la presión arterial sin medicamentos.
En otras patologías como el Síndrome de Ovario Poliquístico al bajar la insulina mejora toda la sintomatología. En Alzheimer y Cáncer también llega a presentarse resistencia a la insulina lo cual a la larga produce inflamación, pero todo esto mejora con la cetosis por eso también se habla de que es una dieta antiinflamatoria.
A nivel cognitivo hay mejor función, por eso hay menos enfermedades depresivas, neurológicas y psiquiátricas. Además, para enfermedades articulares y autoinmunes existe muchísima evidencia de sus beneficios ya que disminuye síntomas gracias a que hay menos inflamación sistémica.
En la segunda parte de la entrevista hablaremos sobre los alimentos que utilizan, cuánto de lípidos, hidratos de carbono, proteínas, de qué tipo, etc. ¡No te la pierdas!
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