«Odd Mami en su Faceta más Real»
Amigxs, ¿alguna vez se han preguntado a qué suena un recuerdo? Ya saben, ese momento que se queda pegado como una canción que te recuerda a alguien o a una época que jamás regresa. Pues Helena Massucco, a.k.a. Odd Mami, parece haberse hecho la misma pregunta y decidió responderla con todo el estilo en su nuevo álbum donde van los perros.
Después de hacerse un nombre en la escena musical de Argentina, regresa con un segundo disco lleno de introspección, y esta vez sin máscaras ni autotune. Así que prepárense, porque este es un viaje hacia el pasado, hacia esos momentos que nos construyen y nos marcan, con una vibra que mezcla melancolía y nostalgia, pero también mucha fuerza.
Odd Mami ya nos había dado una probadita de su universo emocional con Mosaicos y después con Ultra, ese EP donde empezó a explorar un lado más oscuro. Pero en donde van los perros, Helena nos muestra una versión mucho más cruda y madura, una voz sin filtros y letras que parecen ser una carta de despedida a la inocencia. Imaginen un viaje desde el campo hasta la ciudad, desde el romanticismo de la vida tranquila hasta el choque de realidad que es crecer. Este disco, como ella misma dice, “es tanto un soundtrack como una película propia”, una especie de diario personal que explora preguntas profundas sobre la vida y el dolor de crecer.
El sonido en donde van los perros es atmosférico y envolvente, como una nube que te atrapa y no te deja ir. Aquí no estamos hablando solo de música, sino de una experiencia completa que combina dream pop, shoegaze, grunge, y hasta toques de folk. Odd Mami trabajó de nuevo con Bernardo Ferrón, el productor y miembro de la banda Telescopios, y juntos crearon una mezcla de géneros que parece hablar directamente al corazón. Los efectos de guitarra distorsionados, las atmósferas densas y esa voz sin filtros le dan al disco un toque casi cinematográfico, que parece diseñado para escucharse con audífonos en un cuarto oscuro, mientras dejas que cada canción te lleve a un recuerdo diferente.
Este álbum nos trae 11 canciones que no solo se escuchan, sino que se sienten. Helena explora cada rincón de sus emociones, desde la nostalgia hasta la tristeza, pasando por la rabia y la aceptación. Es como si cada track fuera un pedacito de su historia, una pieza de un rompecabezas que, al final, nos muestra una imagen clara: la transición de una chica que deja atrás su pasado para abrazar lo que viene, con toda la complejidad que eso implica.
La Estética Detrás de Donde van los Perros
Si algo siempre ha sido distintivo de Odd Mami es su estética visual, y donde van los perros no es la excepción. La portada, creada por Lucas Spataro y el fotógrafo Ignacio Chinchilla, muestra a dos galgos en un terreno baldío en la noche. Esta imagen es tan tranquila como melancólica, una especie de metáfora visual que captura la esencia del disco. Los galgos, esas figuras solitarias en un espacio vacío, parecen representar recuerdos que todavía deambulan en nuestra mente, esperando ser liberados o quemados en algún rincón del olvido.
Los videos que acompañan a este disco, dirigidos por Juan Manuel Pinzón, son un inventario de objetos y habitaciones vacías. No vemos a Helena en ellos, sino fragmentos de su mundo, como si los recuerdos mismos fueran los protagonistas. Este estilo visual contrasta mucho con la etapa anterior de Odd Mami, que tomaba inspiración del anime y los colores fuertes. Ahora, su mundo es oscuro y desaturado, lleno de texturas gastadas que transmiten una melancolía casi palpable. Se siente como un grito silencioso, una despedida a esa inocencia perdida en el camino hacia la adultez.
Colaboraciones Icónicas
En este disco, Helena no está sola. Se une a la fiesta Dillom, su compañero en la RIPGANG, y Bratty, la cantautora mexicana que también está revolucionando la escena musical con su estilo íntimo y personal. Estos duetos no solo aportan un toque fresco, sino que suman profundidad al viaje emocional de donde van los perros. Además, otros talentos como Juan Lopez, Matías Vertula (El Club Audiovisual), Mariano di Cesare (de Mi Amigo Invencible) y Coghlan también se sumaron al equipo. Cada uno de ellos aporta un toque especial a este álbum que parece tener mil y un matices.
El interludio titulado «helena», producido por Coghlan, es uno de esos momentos que realmente te hace parar y reflexionar. Es un respiro en medio de tanto sentimiento, como si fuera un recordatorio de que, aunque el dolor y la melancolía son parte del viaje, siempre hay espacio para la calma.
La Madurez de una Voz sin Filtros
Una de las cosas más sorprendentes de donde van los perros es escuchar a Odd Mami sin el autotune que marcó sus comienzos. Aquí, su voz se siente vulnerable, cruda y honesta, como si realmente nos estuviera abriendo su corazón. Esta decisión de quitar el autotune le da al álbum un toque más íntimo, como si Helena estuviera hablando directamente a cada uno de nosotros. Es un cambio valiente y un paso importante en su carrera, una muestra de madurez que refleja su evolución no solo como artista, sino como persona.
Cada canción en este disco nos muestra una faceta diferente de Odd Mami, desde esa chica que romantizaba la vida en el campo hasta la mujer que enfrenta la realidad de la vida en Buenos Aires. Este proceso de maduración no es ni optimista ni pesimista, simplemente es. Es la vida tal y como es, con sus altos y bajos, sus momentos de felicidad y de tristeza, y el inevitable paso del tiempo.
Al final, donde van los perros es un viaje hacia el pasado, hacia esos momentos que nos construyen y que, aunque a veces duelan, no queremos dejar ir. Cada canción parece ser un fragmento de un recuerdo, una pieza de ese rompecabezas que es la vida. Helena ha creado un álbum que es tan personal como universal, una obra que habla de su historia, pero que también resuena en todos nosotros. Porque, al final, todxs tenemos esos recuerdos que no queremos dejar ir, esas partes de nosotrxs mismxs que, aunque el tiempo avance, siempre estarán ahí.
Así que si están listxs para un viaje de introspección y nostalgia, pongan play a donde van los perros y dejen que Odd Mami los lleve a través de su historia, que al final también es un poco la nuestra.