W Punta de Mita: un recuerdo para siempre
Una escapada que se quedó tatuada en mi memoria
Hay lugares que no solo se visitan, se viven. Lugares que despiertan todos los sentidos, donde el lujo no es ostentación sino conexión. Así fue mi experiencia en W Punta de Mita, un hotel que no solo me abrió sus puertas, sino también el alma del Pacífico mexicano. Desde el primer paso sobre su famoso Camino Huichol hasta las conversaciones bajo las estrellas, cada rincón de este paraíso vibró con historia, diseño, sabores y una calidez que te abraza sin formalidades.
Fotos y Texto por: El Poderoso Dave
En el corazón de esta experiencia está Alvin Silva, Gerente General de Relaciones Públicas del hotel, quien no solo comunica lo que pasa en el W, sino que respira su esencia. Charlamos sobre su historia personal, la filosofía del hotel, la fuerza cultural que lo sostiene y sobre el evento más reciente que lo transformó todo: Rhythms of Paradise.
Alvin Silva: de Playa del Carmen al corazón de la Riviera Nayarit
El camino de Alvin hacia el W Punta de Mita comenzó durante la pandemia, cuando decidió mudarse con sus amigos a Playa del Carmen. Allí, entre redes sociales y una creciente pasión por la hospitalidad, encontró su vocación. “Un día me dije: necesito un break, pero no hubo escapatoria… y terminé completamente inmerso en este mundo”, cuenta entre risas.
Lo que lo conquistó de W Hotels fue su espíritu disruptivo. “Me gustan las marcas que se salen de la norma. W tiene personalidad, narrativa, y un huésped con un perfil muy claro: alguien que busca experiencias, no solo estancias”.
El alma del W Punta de Mita: arte huichol, arquitectura libre y mucha vibra
A diferencia de los hoteles tradicionales, W Punta de Mita está diseñado como si fuera un pequeño pueblo costero: casitas, callejones, rincones íntimos. Su arquitectura abierta conecta con la naturaleza, sin perder el diseño impecable que caracteriza a la marca. “No hay un edificio frío de mil habitaciones. Aquí sientes que llegaste a casa”, dice Alvin.
Uno de sus emblemas es el Camino Huichol, un mosaico hecho a mano que narra la cosmogonía wixárika, con símbolos como el venado azul, el escorpión, el ojo de Dios y la flor de peyote. Este recorrido espiritual culmina en una terraza con vista al océano, simbolizando el “trascender”. Todo aquí tiene un porqué, un significado profundo que se refleja en cada rincón.
Gastronomía con alma: chefs top, raíces locales y sabores que cruzan fronteras
Hablar de W Punta de Mita es hablar también de sabores. El hotel cuenta con tres restaurantes principales:
Venazú, con cocina mexicana contemporánea;
Spice Market, con inspiración asiática y un menú degustación que recorre países como India, Vietnam o China.
La encantadora Chevychería, un spot relajado frente al mar que nació como un guiño a los food trucks playeros y hoy es uno de los favoritos por su ceviche, tacos al pastor y sliders servidos desde una camioneta vintage.
A finales de 2023, el hotel sumó a su oferta gastronómica Rubra, un restaurante de alto perfil liderado por la chef Daniela Soto-Inés, reconocida a nivel internacional por su enfoque creativo y técnico de la cocina mexicana. Rubra representa una fusión entre sofisticación y raíces, donde los ingredientes locales se reinventan en platillos visualmente poéticos. Desde su apertura en noviembre, se ha convertido en una parada obligada para quienes buscan una cena de autor con el pie en la arena y el corazón en el maíz.
Y si la ocasión lo permite, el hotel también ofrece experiencias más íntimas como Mesa 1, una cena al atardecer en un rincón escondido del hotel, perfecta para celebraciones especiales. Menús con cuatro elementos —agua, tierra, fuego y México— ofrecen opciones que van desde mariscos hasta platillos vegetarianos, todos con alma y detalle.
“Queremos que la gastronomía sea una experiencia multisensorial. Que cada platillo cuente una historia, que sea parte de la memoria del huésped”, comparte Alvin. Y sí: lo logran.
Un paraíso para surfistas y amantes del océano
Más allá del diseño, la gastronomía o el wellness, W Punta de Mita también es un spot codiciado para el surf. Rodeado por playas como La Lancha y El Anclote, este destino se ha posicionado entre los favoritos de surfistas —tanto profesionales como amateurs— que buscan olas constantes, paisajes espectaculares y un ambiente relajado pero con estilo. Ya sea tomando una clase por la mañana o saliendo a remar en paddleboard al atardecer, el hotel ofrece acceso privilegiado y concierge para aventuras acuáticas personalizadas.
Experiencias únicas: Rhythms of Paradise y los eventos que solo suceden una vez
Además de su vibrante cotidianidad, el W Punta de Mita celebra cuatro grandes eventos al año, cada uno con un concepto distinto, cuidadosamente curado por el equipo creativo del hotel. Esta vez tuve la suerte de coincidir con Rhythms of Paradise, una edición especial que reunió tres pilares: moda, gastronomía y música, en una jornada sensorial que simplemente no se repetirá.
“Lo que se vive ese día, no vuelve a pasar nunca”, explica Alvin. Y es literal: cada detalle —desde la colección sin género de Carlos Pineda, hasta el menú exclusivo creado por el chef Enrique Hernández— fue diseñado para una sola noche. Dos DJs con propuestas arriesgadas y clases de movimiento funcional completaron el mood de un evento donde el lujo se conectó con el arte y la autenticidad.
Y aunque Rhythms of Paradise fue una edición única, el hotel ya prepara una nueva experiencia para septiembre, inspirada en la luna de sangre, con un concepto completamente diferente que promete nuevamente sorprender, emocionar y conectar con los asistentes en un nivel profundo. Porque en W Punta de Mita, nada se repite: todo se reinventa.
El Away Spa y otras joyas escondidas del W Punta de Mita
El Away Spa es otro universo dentro del hotel. Inspirado en el estilo musical que caracteriza al W (sí, hasta la playlist tiene intención), este espacio ofrece rituales como la ceremonia del cacao, que incluye meditación, aromaterapia, exfoliación y un recorrido sensorial entre naturaleza y arquitectura.
Las áreas húmedas están rodeadas de vegetación, y también se imparten clases de yoga al amanecer, rituales nocturnos y tratamientos personalizados. Todo pensado para que encuentres tu centro… aunque sea solo por un par de días.
¿Cuántos días necesitas para enamorarte?
Spoiler: dos noches no bastan. Lo viví. Aunque aproveché al máximo desde la alberca 24/7 hasta los atardeceres en el rooftop, sentí que me faltó explorar mucho más. Alvin recomienda mínimo cuatro días para disfrutar realmente de todo: “Hay tanto por hacer —o no hacer— que lo mejor es fluir con el ritmo del lugar”.
El hotel ofrece planes todo incluido estilo a la carta, y sus tarifas rondan los $1,500 USD por noche, dependiendo la temporada, tipo de habitación y número de personas. Las mejores fechas: abril, octubre (¡coincide con tu cumple, David!), y cualquier temporada fuera de Navidad o Año Nuevo para evitar alta demanda.
W Punta de Mita: Una despedida con promesa de regreso
Mi estadía en W Punta de Mita fue todo menos un simple viaje. Fue una pausa del caos, un recordatorio de que el lujo también puede ser libre, espontáneo, incluso espiritual. Alvin y todo el equipo del hotel no solo me hicieron sentir en casa, sino inspirado.
Y como él mismo dijo: “Queremos que el huésped se sienta uno con la región”. Yo lo sentí. Y prometo volver —con más tiempo, más hambre, más stories por subir—, porque este lugar no se termina de contar. Se vive. Se siente. Y se guarda en el corazón.