3 lugares para vivir Cartagena al máximo
Viajar solo tiene algo mágico: cada calle te habla, cada plaza te invita a mirar más allá. Y en Cartagena, esa sensación se multiplica. La ciudad amurallada es un verdadero laboratorio de arquitectura donde lo histórico y lo contemporáneo conviven como si nada. Durante mi viaje, tres lugares me enseñaron cómo se puede vivir y sentir el patrimonio de manera única: Casa Carolina, TownHouse Boutique Art Hotel y La Serrezuela.
1. Casa Carolina: tu santuario colonial en el corazón histórico de Cartagena.
Mi primera parada fue Casa Carolina, en pleno corazón histórico. Lo que más me atrapó fue cómo el patio funciona como el eje central del hotel: conecta habitaciones, balcones y corredores, y crea una sensación de aire libre y calma que es un respiro total. La combinación de detalles coloniales —arcos, enlosados, carpinterías— con muebles y servicios contemporáneos hace que te sientas en una casa que respira historia, pero donde cada espacio está pensado para que el viajero moderno viva momentos íntimos y auténticos. Además, con pocas habitaciones, esa sensación de exclusividad y tranquilidad es total.
TownHouse: mi hotel-galería favorito
Luego descubrí TownHouse Boutique Art Hotel, que es una especie de micro intervención que transforma la típica casa urbana en un hotel de arte. Con solo 11 habitaciones, su lobby es como un club de jazz y la terraza es un mirador que conecta con la ciudad. Aquí la magia está en los espacios pequeños pero intensos: cada rincón esconde una relación interior-exterior, y la azotea se convierte en el mejor spot para tomar aire, fotos y sentir la brisa caribeña. TownHouse no solo respeta la arquitectura original, sino que añade capas culturales que la hacen sentir viva y moderna.
La Serrezuela: historia, comercio y cultura en un mismo espacio
El cierre de mi recorrido fue en La Serrezuela, un edificio con más de un siglo de historia que pasó de plaza social a plaza de toros y circo-teatro, hasta convertirse en un centro que mezcla comercio, cultura y gastronomía. La restauración logró conservar la volumetría y el tejido urbano original, pero con intervenciones contemporáneas que lo hacen funcionar como un ágora interior para todos. Caminar por allí me hizo sentir cómo la memoria y lo moderno pueden convivir sin que uno opaque al otro.
Tres escalas, un mismo espíritu: Cartagena
Estos tres espacios me enseñaron que Cartagena se vive en tres escalas complementarias: la intimidad doméstica de Casa Carolina, la micro intervención cultural de TownHouse y la gran reutilización urbana de La Serrezuela. Cada uno aporta algo distinto, pero todos forman parte del mismo tejido urbano que hace que esta ciudad sea un destino inolvidable para cualquier viajero que busque historia, diseño y experiencias auténticas.
Para más información sobre la iniciativa Nuestra Cartagena y las experiencias exclusivas que ofrecen, visita: nuestracartagena.com.