Amélie In Concert, mi plan soñado
Desde que escuché que llega Amélie In Concert al Auditorio Nacional, no dejo de pensar en lo increíble que sería estar ahí. Siendo fan de Le Fabuleux Destin d’Amélie Poulain desde que la vi por primera vez, esta noticia me pegó directo al corazón. No sé ustedes, pero yo siempre soñé con caminar por Montmartre con la música de Yann Tiersen sonando de fondo. Y ahora, la posibilidad de escuchar esa misma partitura en vivo, mientras la película se proyecta en pantalla gigante… uff, siento que voy a llorar nomás de pensarlo.
Amélie In Concert, más que una película
Lo que más me emociona es que no se trata solo de ver otra vez a Audrey Tautou transformada en la icónica Amélie Poulain. Es revivir la historia con la Cinema Concert Orchestra tocando en vivo, bajo la dirección de Jesús Medina. Imaginen escuchar el piano y el acordeón que nos regalaron esas melodías que se sienten como un abrazo al alma. Esa música que nos enseñó que la felicidad puede estar en un detalle mínimo, en un gesto, en la magia de lo cotidiano.
Además, es el 25 aniversario de Amélie, lo cual lo hace aún más especial. Es como cerrar un círculo: la peli que marcó nuestra manera de ver la vida ahora regresa convertida en un evento cultural que mezcla cine, música y nostalgia pura. Honestamente, sé que cuando llegue el 7 de febrero de 2026 voy a estar ahí, sentado en el Auditorio Nacional, con el corazón latiendo al ritmo del acordeón y los ojos brillando con cada escena.
Una experiencia que necesito vivir
Yo sé que sueno intenso, pero para mí Amélie In Concert no es un simple plan, es EL plan. Ya me imagino saliendo de ahí con ganas de volver a escribir cartas, dejar notitas escondidas o mirar las cosas simples con más amor, como hace Amélie. Y si no consigo boleto, se los juro que me voy a arrepentir toda la vida.
Así que ya saben, amix: si también sienten que Amélie les cambió la forma de ver el mundo, este es el momento de celebrarlo. Boletos a la venta desde el 19 de septiembre. Corran porque seguro vuelan, y ahí nos vemos entre acordes, recuerdos y un pedacito de París en CDMX.