Van Cleef & Arpels: poesía que se mueve
Hay objetos que no solo brillan, sino que respiran arte. Y cuando hablamos de Van Cleef & Arpels, hablamos de una Maison que domina ese lenguaje como nadie. Su nueva creación, el autómata Brassée de Lavande, es más que una pieza de alta joyería: es un mini universo donde el tiempo, la naturaleza y la mecánica se fusionan con pura magia.
Desde 1906, Van Cleef & Arpels ha tejido historias con gemas, oro y un toque de poesía que trasciende las modas. Con cada lanzamiento de su colección Extraordinary Objects, la marca se atreve a ir más allá. Y esta vez, lo hace con una pieza que literalmente cobra vida.

Van Cleef & Arpels y su flor mecánica
Imagina una flor que se abre suavemente, como movida por el viento, para revelar una mariposa que revolotea entre pétalos de lavanda. Esa es la escena hipnótica del autómata Brassée de Lavande, una obra maestra que mezcla ingeniería de precisión con la fantasía visual que caracteriza a Van Cleef & Arpels.
Además, la mariposa está elaborada con la técnica plique-à-jour, un tipo de esmalte translúcido que deja pasar la luz como si fuera un vitral. Es un detalle que transforma el movimiento en un espectáculo visual digno de un sueño. Cada color, cada reflejo, cada destello parece decir: sí, la joyería también puede tener alma.
Por si fuera poco, la base de verdita y howlita —dos piedras tan elegantes como misteriosas— sostiene la escena como si fuera un altar al tiempo y la belleza. Todo vibra con ese equilibrio perfecto entre naturaleza, lujo y savoir-faire artesanal.

Van Cleef & Arpels y el arte del tiempo
Por otro lado, lo más fascinante es cómo Van Cleef & Arpels convierte algo tan técnico como un reloj en una experiencia sensorial. Aquí, el tiempo no se mide: se contempla. El anillo giratorio marca las horas mientras suena una melodía suave, y la escena se mueve con una fluidez que te deja sin aliento.
Además, cada detalle ha sido creado en los talleres de la Maison en Sainte-Croix, donde relojeros, joyeros y esmaltadores trabajan como si orquestaran una sinfonía. No hay prisa. No hay error. Solo perfección poética hecha a mano.
Finalmente, Van Cleef & Arpels demuestra que el lujo no es solo tener, sino sentir. Que detrás de cada diamante hay una historia, y detrás de cada historia, un sueño que cobra vida. Brassée de Lavande no es solo un objeto extraordinario: es un recordatorio de que el tiempo también puede florecer.

