CRECER CON FAMILIAS HOMOPARENTALES ¿CAMBIA ALGO?
La paternidad o maternidad es mucho más que adoptar o concebir un hijo, es tener la intención y de ello, saber que es un rol de toda la vida, por ello el compromiso y la responsabilidad se extiende. Algunas investigaciones han demostrado que no es necesario tener algún vínculo biológico para ofrecer una buena calidad de vida.
Las familias homoparentales son aquellas figuras parentales que están conformadas por personas del mismo sexo, ya sea la homosexualidad o el lesbianismo. La polémica en este tema radica en la crianza y en quienes la ejercen, se ha discutido en muchas partes del mundo sobre la adopción de niños y niñas por parejas del mismo sexo, a la que algunos ven como un inconveniente, porque a través de esta idea se trasgrede la definición tradicional de familia como la natural y única existencia de una madre y un padre, de esa manera se generarían falsos modelos de estructura y organización familiar que podrían ser «malos ejemplos» son efectos no muy buenos para los niños en su crianza y desarrollo. La adopción por padres del mismo sexo expone a los niños en dos situaciones o problemas de tensión social y familiar: la adopción misma y el hecho de que ésta sea realizada por padres homosexuales.
Hay evidencia científica que habla de las diferencias entre los niños que han crecido en familias homoparentales y los que han crecido en familias heteroparentales, en este caso, los primeros tienen más empatía y muestran más sensibilidad hacia los demás. No tienen roles de género tan marcados y estereotipados, ya que cuentan con ideas un poco más flexibles sobre el género y la sexualidad, esto hace que repercuta en el respeto hacia los demás y la aceptación de la diversidad.
Respecto al funcionamiento emocional, hay un estudio que muestra que los hijos de parejas homoparentales, a pesar de las adversidades que puedan sufrir, tienen un mayor grado de resiliencia en relación a su salud psicológica y social.
Por otro lado, la preferencia sexual de estos niños, es un tema que genera inquietud, de manera que muchos estudios se han enfocado en explorarla, mostrando una tendencia similar en las familias hetero-parentales y homoparentales, por lo que, en este rubro, no hay diferencias.
En otro estudio, comparan mediante una resonancia magnética funcional la respuesta cerebral de los padres frente un estímulo de sus hijos, encontrando que padres adoptivos homosexuales mostraron una alta activación de la amígdala, similar a madres biológicas heterosexuales. Los hallazgos de este estudio es la base neural de la atención materna y paterna, toman en cuenta las vías de comportamiento cerebro-hormona que apoyan la paternidad, especifican que existen mecanismos de maleabilidad cerebral para las experiencias de cuidado de los hijos.
Como lo hemos visto, la mayoría de estudios reportan un adecuado ajuste psicológico de los niños, que no depende del tipo de conformación familiar. Por lo tanto, crecer en un modelo de familia diferente a la tradicional no genera un daño en el bienestar psicológico infantil.