Epigenética: el arte de activar o inactivar genes por medio de la nutrición y el ejercicio
¿Has escuchado hablar de la epigenética? Si la respuesta es negativa la epigenética se refiere al estudio de los mecanismos que regulan la expresión de nuestros genes sin una modificación en la secuencia del ADN, es decir, los genes se activarán o inactivarán gracias a estímulos externos, por ejemplo, la alimentación y la actividad física. Sin meternos en explicaciones complejas con palabras raras, basta resumir que tanto los alimentos que consumimos como el ejercicio que realizamos (y otros factores) producen o contienen sustancias que promueven que ciertos genes se expresen (activen) o se silencien (inactiven).
Los polifenoles son algunos de estos compuestos provenientes de la alimentación que tienen repercusiones de este tipo por ejemplo el epigalotocatecina-3-galato (“EGCG” pa’ los cuates) que se encuentra en el té verde, la curcumina en el curry, el resveratrol en las uvas, genisteína en la soya y selenio en las nueces brasileñas y se relacionan con prevención del cáncer gracias a su habilidad de alterar mecanismos epigenéticos y reactivación de genes silenciados que podrían cambiar el epigenoma de las células con cáncer. Dentro de este mismo rubro, también existen compuestos presentes en vegetales como brócoli y col, con propiedades anticancerígenas y antimicrobianas, gracias a la inducción de la expresión de enzimas destoxificantes, y por si fuera poco en estudios más recientes se propone que además suprimen la proliferación de células tumorales e induce a morir a aquellas ya existentes.
Este mismo efecto de impedir que las células se multipliquen y acelera su muerte se observa en compuestos provenientes de ajo y cebolla, así que tal parece que nuestras madres y abuelas no estaban tan equivocadas en obligarnos a consumir vegetales de pequeños.
Por supuesto no es como que simplemente por el hecho de comer brócoli u otro alimento con componentes bioactivos ya nunca vamos a desarrollar cáncer, pero es un factor relevante en la prevención de esta y otras enfermedades, acompañado de una dieta equilibrada, actividad física regular, hábitos saludables y evitar la exposición a agentes químicos dañinos como el tabaco y el alcohol.
Se espera que en un futuro se pueda encontrar un mayor número de aplicaciones en la genómica nutricional, pero el avance es lento y progresivo, sin embargo, ¿te imaginas lo interesante que sería poder encontrar un modelo de dieta perfecta para cada individuo? Que abarcara las 4 P’s: predictiva, preventiva, personalizada y participativa elaborada con base en las características genéticas de cada persona.
Ahora que sabemos que los componentes químicos presentes en los alimentos de nuestra dieta pueden alterar la expresión o estructura de los genes, podemos concluir entonces, que esta juega un papel importante en la prevención o en el riesgo de desarrollar algunas enfermedades, toda vez que el grado en el que puede influir en la salud o desarrollo de enfermedades depende de la composición genética de cada persona, por lo que será interesante que a medida que se hagan más descubrimientos en el tema, el conocer los requerimientos nutricionales, el estado de nutrición y genotipo de una persona lleven a intervenciones nutricionales más certeras, individualizadas y específicas.
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