«Degustación Epicúrea en Yoshimi»
Hola a todxs esta semana les traigo un trip mega foodie que nos lleva directo a Japón, sin tener que salir del aeropuerto. Literal, el viaje empieza desde que te subes al avión, porque la experiencia que Aeroméxico y la chef Miriam Moriyama nos tienen preparada para su ruta México-Tokio está a otro nivel.
Comiendo en las alturas… ¡y con estilo!
Si alguna vez has soñado con probar la auténtica gastronomía japonesa, pero en un ambiente más classy, Aeroméxico te lleva ese vibe a 10,000 metros de altura. Así es, la aerolínea y la chef Moriyama, una crack con raíces fuertes en Tomaya y Tokio, se juntaron para crear un menú de esos que te hacen pensar: “Wow, sí que estoy viviendo mi mejor vida”. Todo esto es parte de la experiencia en la cabina Premier One, esa sección donde sientes que viajas con todas las comodidades de un boss. Pero no te preocupes si, como yo, tu presupuesto aún no llega a esos niveles de lujo, porque durante todo octubre puedes disfrutar esta propuesta en Yoshimi, aquí en tierra firme.
Moriyama no es cualquier chef, la neta. Lleva colaborando con Aeroméxico desde el 2023, y la idea detrás de su menú es transportarte a Japón con cada bocado, ya sea que estés volando o sentado en un restaurante. Pero, ¿Qué mejor excusa para probar esto que celebrar el Día del Sake?
Ok, pero… ¿qué hay en el menú?
Aquí viene lo bueno, agárrate, porque vamos a chismear de los tres tiempos del menú que Moriyama ha diseñado.
Para empezar, tienes el Hazun, que es como una bienvenida perfecta al otoño japonés. Te topas con cosas como el asupara maki de rib eye con espárragos (básicamente, una bomba de sabor), kunsei temari sushi con salmón ahumado, y el ebi amasu, camarones en vinagre de arroz dulce que suenan súper fancy y están deliciosos. Y no te olvides de los edamames (clásico pero nunca pasa de moda) y el satsumaimo (camote dulce que es como un abrazo en forma de comida).
Luego, pasamos al plato principal, o como lo llaman en Japón, Daimono, donde el protagónico es el suzuki misotsuke yaki, un róbalo marinado en miso dulce que hace que todo tu paladar se llene de ese sabor umami del que siempre escuchamos hablar pero que hasta que lo pruebas, no entiendes bien de qué va. Lo acompañan una serie de sides muy nipones como el kobashira sunomono (callo de almeja en vinagreta), ensalada kinoko yuzu (hongos con una salsita de yuzu que es como cítrica), y hasta amamiso King crab. Todo esto bien balanceado con un misoshiru, la típica sopita de miso que te calienta el alma.
Y, como el toque dulce no puede faltar, el postre, conocido como kanmi, cierra la experiencia con un broche de oro. ¿Qué incluye? Eso es sorpresa, pero si sigue el mismo nivel que el resto del menú, podemos estar segurxs de que será algo espectacular.
La bebida de los dioses japoneses
Pero wait, hay algo que hace que todo esto sea aún más especial «El sake«. Japón y el sake son como México y el tequila, inseparables. Y en este menú, el maridaje está hecho con dos sakes muy top, ambos de la región de Hiroshima.
El primero es el Hanahato Kimoto Junmai Ginjo Genshu (nombre largo, pero qué joya de bebida). Este sake se elabora con un método tradicional que se remonta al año 1700, así que ya sabes que tiene historia y calidad detrás. Lo más cool es que ha sido añejado durante dos años, dándole ese balance perfecto entre umami y acidez. Ideal para acompañar carnes, mariscos y hongos del menú. En serio, es una explosión de sabores.
Y luego viene el Kijoshu Hanahato, que es más dulce y tiene un color ambarino que te hace pensar en la calidez de una sobremesa en otoño. Este sake, añejado por ocho años, ha ganado seis medallas de oro en el International Wine Challenge, así que imagina lo impresionante que debe ser. Se sirve con el postre, lo que hace que cada bocado dulce se sienta más profundo, más rico.
Nihonshu no hi: Una fecha especial
El Día del Sake, o Nihonshu no hi, es el 1 de octubre y es una de esas fechas que puede que no conozcas a fondo, pero que merece la pena celebrar. En Japón, el sake no es solo una bebida alcohólica; es parte de su cultura, una tradición que conecta generaciones. Este día se celebra desde 1978, y es la excusa perfecta para disfrutar de este elixir japonés mientras te conectas con sus sabores y su historia.
Así que, cuando piensas en el menú que Aeroméxico ofrece en su ruta México-Tokio y la versión que Yoshimi va a replicar en tierra durante todo octubre, es más que solo una experiencia gourmet; es una celebración de la cultura japonesa. Desde los entrantes hasta el postre, y con el sake como acompañante de lujo, cada elemento de este menú está diseñado para darte un pedacito de Japón, estés donde estés.
La magia detrás de la gastronomía japonesa
Ahora, hablemos un poco de lo que hace que la comida japonesa sea tan especial. La cocina japonesa no se trata solo de ingredientes frescos y técnicas precisas (aunque eso juega un papel importante), sino que también tiene mucho que ver con el respeto por la naturaleza y el equilibrio. Cada plato está pensado para resaltar los sabores naturales de los ingredientes, sin opacarlos. Y eso es justo lo que hace que este menú de tres tiempos se sienta tan auténtico y sofisticado.
Desde el umami del miso en el róbalo, hasta la acidez sutil del vinagre de arroz en los camarones, cada bocado es una experiencia sensorial. Y claro, los sakes no son solo una bebida para acompañar, sino que están cuidadosamente seleccionados para resaltar esos sabores. Es como una sinfonía en tu boca, cada nota en armonía con la siguiente.
Además, la estética de la comida japonesa es impresionante. Cada plato es como una pequeña obra de arte, con colores vibrantes y una presentación impecable. Esto no es casualidad, ya que en Japón se cree que la comida entra primero por los ojos, y la experiencia visual es tan importante como el sabor. Así que cuando te sirvan este menú, prepárate para tomarle un montón de fotos antes de hincarle el diente, porque realmente va a ser Instagram worthy.