Diego Klein, un actor multifacético que ha tenido que luchar para alcanzar sus sueños y el éxito
¿Cómo llegó la actuación a tu vida?
La actuación yo creo que llegó por una curiosidad. Así como explorar otras partes de las artes. Yo cantaba, pero obviamente cantaba en un grupo de música, de estos pop; entonces tuve la oportunidad de sentir lo que era estar en el escenario con un chingo de banda y yo creo que intuitivamente dices que el teatro será algo parecido ¿no? y no sé por qué me inscribí a un curso y en el primer curso dije: ¡Esto me encanta!, mientras tanto acababa de regresar de Londres de intentar aprender inglés. Me iba a ir un año, fracasé, me fui solo como 3 meses y lo viví como un fracaso. Extrañaba mucho a mi mamá y como que tenia ganas como de vivir en el extranjero, vivir la experiencia de vivir solo, de saber lo que se siente salir de tu país y dije en España, se habla en español, es Europa y dije: «Vámonos» y pues nos fuimos para allá.
¿Cómo fue el hecho de irte del otro lado del mundo tanto personalmente como profesionalmente?
Fue muy duro, la verdad es que vivir solo y vivir en otro país cuesta mucho trabajo, pero gracias a todo ese dolor de haber vivido tanto tiempo, de también haber tenido que vivir aunque sea una probadita de lo que es la migración. Si sales como con la sensación de que creces muchísimo como persona y es horrible decir que tienes que sufrir mucho para crecer, pero bueno es parte de, pero yo sí creo que cuando más he sufrido más me he encontrado como artista y como persona
¿Cómo fue este proceso de primero estudiar en México y profesionalizarte aún más en España?
Yo estaba estudiando en Televisa en el «CEA» y pasé a una escuela de teatro con métodos muy intensos de actuación que se llama «Cristina Rota«. Donde noté la diferencia más que nada fue en mis compañeros aún más que en la enseñanza, en el «CEA» había mas preocupación por una cosa más de imagen y allá había una curiosidad de la investigación de los personajes y en eso sentí que estaba mejor España.
Mencionaste que sufriste bastante y tuviste bastantes complicaciones en España pero me gustaría saber ¿Cómo crees que ese dolor empezó a formar esa personalidad tuya al actuar?
Cuando estás sufriendo mucho y estás pasando un momento de crisis tienes dos opciones: o abandonas y tratas de buscar una vida en una zona de confort como con un trabajo más estable o te arriesgas a seguir luchando por tu sueño. La ventaja de si decides seguir luchando por tu sueño es que lo tienes claro, que tienes claro que lo vas a hacer pase lo que pase.
En esa búsqueda de tu sueño que te llevó del otro lado del mundo que fue a España y fue ahí donde vino la serie de «Velvet Colección», ¿Qué me puedes decir de ese proyecto?
La verdad es que fue muy sorpresivo, porque no fue un proceso de casting muy largo sino que de repente les faltaba ese personaje y al final tuve la oportunidad de interpretarlo y me dieron como una semana, o sea que tampoco tuve la oportunidad de asimilarlo muy bien; lo que si es que tuve la suerte de tener a muy buenos actores a mi lado, a un elenco muy talentoso y verlos trabajar fuera de set fue lo más impresionante, verlos a ellos entre cortes es cuando ves cómo es el actor, porque una cosa es cuando dicen acción pero el ver la energía con la que llegaban, con la que se preparaban antes de las escenas dices «wow«.
Para ti ¿Qué significó que un mexicano en este caso tú la estuviera rompiendo en el extranjero con una serie tan exitosa?
Para mí fue algo padrísimo, porque somos un país bien «chingón» y a mi me gusta que se hablé de México allá y ver que yo estaba pudiendo competir contra los españoles y quitarles algunos papeles, que bueno no es quitarles porque yo trabajé mucho, pero si el irme abriendo camino en un lugar tan cerrado como España, la verdad es que si me siento bien orgulloso
Después de «Velvet Colección» vino «Preso no 1» así que me gustaría preguntarte ¿Cómo es la dinámica de trabajo en las distintas partes del mundo?
Es muy diferente trabajar en España y trabajar en México. Es muy diferente, sobre todo en el ambiente de set es muy diferente, venimos de una cultura de resiliencia, o sea el mexicano aguanta, entonces literal aguanta 18 horas, te tira una broma, un albur y allá no, a las 8 horas se empiezan a poner de malas los técnicos y se crea una tensión. A mi gusto es más difícil trabajar en un set español, pero las dos experiencias están bonitas
¿Qué retos tuvo «Velvet Colección» y qué retos tuvo «Preso no 1 «?
«Preso No 1» fue muchísimo más reto, sobre todo porque el personaje era mucho más grande, tenía un recorrido mucho más grande y estaba muy alejado a mí o por lo menos yo así me veía, yo decía es que «güey» yo parezco un fresa y el personaje es un «güey» de la cárcel que ha matado gente y a mi me gusta darle lo más que puedo de veracidad a lo que hago; entonces construir al personaje fue muy complicado y estoy súper orgulloso. Ahorita que ya pasaron dos tres años de que lo hice lo veo y digo: «¡No mames, está bien chido! ¡Si me rifé!». Uno se suele juzgar mal cuando ve sus trabajos y justo ese dije: «Qué bien, no siento que sea yo el que está ahí».
¿Cómo te preparas para un personaje? y ¿Cómo te preparaste para este personaje tan grande?
Primero traté de encontrar cuál era su herida más grande, o sea qué era lo que lo llevó a tomar esas decisiones. Luego me preparé mucho físicamente. Para mí era muy importante encontrar el personaje y que ya me creyeras cuando me vieras. Entonces pedí que me raparan, tenía un ojo tapado; yo pedí que me hicieran como unas camisetas como pegadas para que me viera más fuerte, que diera un poco más de miedo y me la pasé haciendo ejercicio, subí como 6 kilos para ese personaje, para poder imponer.
En cuestión de retos psicológicos ¿Qué representó para ti esta construcción de personajes?
Era un personaje que me conmovía mucho porque yo sentía que él era malo, que no servía para esta vida y que su única misión era poder ayudar a su hermano; y yo de chiquito tuve un poco esa cosa como muy rebelde, muy malo; entonces entendí esta cosa de sentirte muy solo y sentir que tú no vales nada, entonces a partir de ahí empecé como a tratar de encontrar al tuerto, a tratar de encontrar cómo se comunicaba él, y ahí me di cuenta que en la violencia él se comunicaba muy bien porque lo aprendió en la cárcel, pero cuando conocía una chica no sabía cómo hablarle, entonces daba mucha ternura cuando está ligando porque es un «pendejo«, pero cuando se tiene que «madrear» se «madrea» bien «cabrón«, entonces está chido.
Como actor estás en constante autodescubrimiento y cada papel te deja algo en tu forma de ser y actuar así que ¿Cómo es que tú ves ahora a comparación del Diego que apenas empezaba a actuar al Diego que ya fue al otro lado del mundo, al Diego que es exitoso y que ha cumplido su sueño y lo sigue cumpliendo?
Yo tengo como la sensación de que los personajes si vienen a enseñarte algo. Cada vez que haces un personaje aprendes algo de ti y aprendes del personaje. Te ayuda a verte y yo siento que todos los personajes que voy haciendo me dan una lección y ahorita lo que tengo es más calma, ya no estoy tan desesperado o con tanto miedo de dar o no las expectativas de como cuando te contratan y que te digan «wow» lo hizo bien «cabrón«, sino que ahora estoy más en la búsqueda de disfrutar lo que hago y que cada que digan acción poder estar ahí viviendo el momento que sé que es único e irrepetible para el personaje y para mí.
Podrías platicarme sobre tu nueva obra de teatro
Compré los derechos de esta obra en España. Es una obra que ganó muchos premios y habla de la migración, son tres monólogos y yo hago tres personajes; todos son completamente opuestos: Es un policía racista que le dice a un mexicano que no va a entrar a la frontera, luego es un detenido en Tlatelolco del 68 que le piden que delate a sus amigos y tiene que delatarlos porque lo están torturando y luego ya al final, es la voz de un argentino exiliado de la dictadura argentina que hace como un grito de esperanza hacia todos los migrantes. Es una obra preciosa, sobre todo para un país con tanto problema de migración, con tantas heridas de migración y con tanto rencor, entonces creo que es una obra que realmente tiene un sentido y es por eso que compré los derechos, porque creo que tiene un sentido para México.
¿Qué fue lo que te hizo tomar la decisión de comprar los derechos?
A mi me deportaron de Alemania, me deportaron porque el oficial dijo que él creía que yo tenía intenciones de trabajar en Europa. Me metió a un avión, me deportó. Mi novia me estaba esperando afuera del aeropuerto y tuve la oportunidad de vivir esa injusticia, que un papel determine tu destino y luego vi esta obra y se me cayeron las lágrimas, no pude dormir como en dos o tres días y dije “Yo quiero contar esa historia” y dije “Un día voy a comprar los derechos” y 5 años después lo pude hacer.
¿Qué es lo que puede esperar la gente cuando termine de verla?
Yo lo que sí sé es que es un texto que no los va a dejar normales, o sea no puedes salir de esa obra normal y creo que eso es algo importante en el teatro. Yo al menos ya estoy cansado de estar viendo obras que no quieren contar nada y no están mal pero también tiene que haber otro tipo de teatro, un teatro más revolucionario y de verdad, normal no vas a salir.