Sequía en CDMX: ¿Qué Hacemos?
Oigan, tenemos que hablar de algo súper importante que nos afecta a todxs «La crisis hídrica». Este tema ya no es solo un cuento de terror sobre el futuro, es una realidad que está matando gente. Sí, así de heavy. La falta de agua potable, agravada por el cambio climático, el aumento de la población y la mala gestión de nuestros recursos, nos está llevando al borde de una catástrofe sanitaria sin precedentes.
¿Cuándo se va a acabar el agua potable?
Según la OMS y UNICEF, antes de 2030, miles de millones de personas se quedarán sin acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene en el hogar. Imagínense, ¡qué horror! Además, esto obliga a muchas personas a recurrir a fuentes contaminadas, exponiéndose a enfermedades como cólera, disentería, fiebre tifoidea y hepatitis A. Estas enfermedades, aunque prevenibles, siguen siendo causa de muerte en muchas partes del mundo. Leandro Barrionuevo, cofundador de Pura, una empresa de purificación de agua, nos dice que en el mundo, 1.4 millones de personas mueren cada año por falta de agua potable y enfermedades diarreicas. En 2023, se registraron más de 700,000 casos de cólera con tasas de letalidad superiores al 1%.
Entonces, aquí en México, la situación no es muy diferente. Según CONAGUA, más del 65% del territorio nacional presenta algún grado de sequía. En la CDMX, aunque la temporada de lluvias ha dado un respiro, el Sistema Cutzamala sigue en niveles históricos bajos, con solo el 30% de su capacidad, afectando a una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo. La falta de agua no distingue entre países desarrollados o en vías de desarrollo, y tampoco entre clases sociales, complicando las prácticas de higiene esenciales para prevenir la propagación de enfermedades, como menciona Lucas Barrionuevo, también cofundador de Pura.
Además, la Red Nacional de Medición de la Calidad del Agua (Renameca) reporta que el 58.8% del agua superficial en el país está contaminada con heces fecales o agentes bioquímicos, y el 57.2% del agua subterránea contiene agentes coliformes, nitratos, arsénico o metales pesados como plomo o mercurio. Ante este panorama, ¿qué podemos hacer?
Por eso, Pura recomienda algunas soluciones que podríamos considerar. Primero, una gestión integral de recursos hídricos (GIRH), que promueva el desarrollo y la gestión coordinada del agua, la tierra y los recursos relacionados, maximizando el bienestar económico y social sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas. Esto incluye la planificación y manejo del agua en todos los niveles y sectores. Además, la reutilización del agua es fundamental. Implica tratar las aguas residuales para que puedan ser utilizadas nuevamente en diferentes aplicaciones, como la agricultura, la industria y, en algunos casos, el consumo humano.
Finalmente, es clave innovar en tecnología. En el ámbito de la purificación de agua, tecnologías como la ósmosis inversa, la desalinización y los sistemas avanzados de filtración son esenciales para proporcionar agua potable segura y de alta calidad. Estas tecnologías permiten la reutilización eficiente de aguas residuales, ayudando a conservar los recursos hídricos naturales y apoyando la producción sostenible de alimentos.
En conclusión, la crisis hídrica es un problema real que nos afecta a todxs, y es nuestra responsabilidad buscar y apoyar soluciones que promuevan la sostenibilidad y la innovación en la gestión del agua. ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!